Lunes, 15 de junio de 2020
¡Buenos días desde casa!

Estamos en el penúltimo lunes del curso. No nos queda nada para irnos de vacaciones. En breve, recogeremos el fruto del esfuerzo realizado durante todo el año académico.

Seguimos con nuestra lectura matutina y hoy os traigo historias que nos dan la viuda.
Ayer, día 14 de junio, se celebró el Día Mundial del Donante de Sangre.

Este año tan convulso en cuanto a salud se refiere, en este 2020, la campaña que se tiene prevista tiene como lema:
“La sangre segura salva más vida” .“Dona sangre para que el mundo sea un lugar más saludable”


El objetivo de esta fecha es sensibilizar y concienciar a la población mundial de la importancia de donar sangre y de esta manera contribuir con la salud de las personas que necesitan transfusiones, sobre todo para realizar tratamientos de pacientes con enfermedades crónicas y para realizar intervenciones quirúrgicas.

El motivo por el cual se elige el 14 de junio es para conmemorar el nacimiento de Karl Landsteiner, patólogo y biólogo austríaco, que descubrió y tipificó los grupos sanguíneos, motivo por el cual se le concedió el Premio Nobel de Medicina en 1930.

La transfusión sanguínea es un procedimiento médico en el cual se transfiere sangre de una persona a otra y de esta forma contribuir a mejorar los niveles de hemoglobina en el paciente enfermo, además también es una manera de estabilizar otras sustancias que son vitales dentro del organismo.
La transfusión de sangre es parte del tratamiento que se aplica a pacientes con graves enfermedades como el cáncer, hemofilia, diabetes, etc. Pero también, a pacientes que han sufrido un accidente de tráfico o alguna cosa puntual en sus vidas.

Como todos nos podemos encontrar en una situación de necesidad de una transfusión de sangre, quiero que nos planteemos, con esta lectura:
  • Dar gracias a todas las personas que de manera voluntaria donan sangre y animar a otros para que ayuden a salvar vidas (crear conciencia).
  • Hacer de este servicio una contribución universal, que permita llegar al mayor número de personas que necesitan de las transfusiones de sangre y de esta forma recuperar la salud.
  • Ver cómo conseguir más apoyo de los diferentes entes, tanto nacionales como internacionales, y pedir a los gobiernos que logren un mayor desarrollo de programas de sangre, contribuyendo con el aporte económico que haga falta para tal fin.

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