¡Buenos días! 

Hoy os traigo un cuento para que reflexionemos sobre cómo construir la paz.

«Dime: ¿cuánto pesa un copo de nieve?», preguntó un pájaro a una paloma salvaje.

«¡Nada!», fue la respuesta.

«En tal caso, debo contarte una historia maravillosa», dijo el pájaro, y continuó:

«Cuando empezó a nevar me posé en la rama de un abeto, cerca del tronco. No nevaba mucho, no era una gran tormenta. Como no tenía otra cosa mejor que hacer, me puse a contar los copos que se iban asentando en las ramitas y en las hojas de mi rama. Su número exacto fue de 3.741.952.

Cuando el último de ellos se posó sobre la rama, sin pesar nada de nada, como has dicho, la rama se partió.» Habiendo dicho eso, el pájaro se alejó volando.

La paloma, que desde el tiempo de Noé era una autoridad en la materia, estuvo reflexionando un rato sobre la historia que le habían contado y por fin se dijo:

«Quizá sólo haga falta la voz de una persona más para que la paz y la solidaridad lleguen al mundo.»


Es poco lo que cada uno de nosotros puede hacer individualmente si se compara con el peso y la fuerza que adquiere una suma de voluntades.

Frente a desafíos tan grandes como el de instalar la paz en el mundo o el de vivir solidariamente en comunidad, la respuesta está en cada uno de nosotros y en la forma que encontremos para «quebrar las ramas» con el peso mancomunado de nuestra acción.

Todos, absolutamente todos, tenemos algo que aportar, ya sea algo tangible, de valor material, o los conocimientos y la experiencia en nuestra área laboral o, simplemente, nuestro valioso tiempo.

La diferencia entre el éxito y el fracaso es UNO. Espero que, en el día de hoy, nuestras acciones sigan haciendo «peso para poder quebrar algunas ramas».


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