¡Buenos días!

Hoy vamos a hablar de la INDEFENSIÓN APRENDIDA.

¿Sabes de qué trata? Mira esta imagen y a ver qué te sugiere...

Te voy a contar un experimento realizado en alumnado de primaria para que lo podamos entender rápidamente.

Una profe divide su clase en dos grupos (Grupo 1 y Grupo 2) para realizar una tarea.
Al Grupo 1 les da unas tarjetas cuyo contenido es una letra en cada una de ellas y les indica que tiene que formar una palabra.
Al Grupo 2, igualmente, les da unas tarjetas con una letra en cada una de ellas y les indica también que tienen que formar una palabra. La diferencia es que las tarjetas del Grupo 2 no pueden formar una palabra, es imposible, pero ellos no lo saben.

Cuando terminan, la profe pregunta que quién ha podido formar la palabra y todo el Grupo 1 levanta la mano al unísono. Los del Grupo 2 ninguno (evidentemente).
Esto lo repiten en tres ocasiones más, con idéntico resultado.

Entonces, y por cuarta vez, les da de nuevo tarjetas tanto al Grupo 1 como al Grupo 2, pero esta vez sí que se pueden formar palabras en ambos grupos (sí, el Grupo 2 también).
Cuando pregunta que quién ha resuelto la palabra, solo levantan la mano los del Grupo 1. ¿Qué había pasado?
Efectivamente, los del Grupo 2 se habían rendido. Ni siquiera lo habían intentado. El Grupo 2 se había rendido tras no obtener, en repetidas ocasiones, el resultado esperado. 

Esto es lo que se conoce como INDEFENSIÓN APRENDIDA: al tener la creencia de que son incapaces de modificar situaciones o que no tienen recursos para ello, aceptan su condición y se conforman.

El término de Indefensión Aprendida lo acuñó el psicólogo Martin Seligman para definir la condición de seres humanos o animales que han "aprendido" a comportarse pasivamente, con la sensación subjetiva de no tener la capacidad de hacer nada ante cualquier cambio o escenario peculiar que se les presente.

¿Te identificas en algún caso con este término? ¿Ves a algún compañero o compañera con este tipo de comportamientos?












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