¡Buenos días!

Comenzamos la mañana con una pregunta: ¿Has tenido realmente alguna vez un verdadero profesor o profesora? Un profesor o profesora que te viera como una joya, como un diamante en bruto al que poder pulir para darle un brillo magnífico.

Existen muchos tipos de profesores y profesoras. Todos hemos tenido profesores y profesoras a los que hemos odiado, algunos no nos han dejado apenas huella, pero algunos han sido especiales. Incluso, por encima de ellos, puede llegar a surgir ese profesor único, que aparte de enseñarnos sus asignaturas correspondientes nos ha enseñado a vivir; con pequeños consejos nos orientó en algún momento de nuestra vida, o fue un claro ejemplo de humanidad, generosidad, amor, comprensión… Este tipo de personas jamás se olvida.

A Mitch Albom, autor del libro “Martes con mi viejo profesor” le pasó lo mismo con un profesor de la universidad, su profesor de sociología, Morrie Schwartz, al que no volvió a ver desde que se licenció. La vida quiso, no obstante, que Mitch recibiera una nueva y última clase con este viejo profesor, que por circunstancias de la vida padecía una enfermedad terminal.

Los martes son los días elegidos por ambos para reunirse a tomar clases de una asignatura denominada “la vida”. 

Reproduzco un fragmento de esas “lecciones de vida”:

Son muchas las personas que van por ahí con una vida carente de sentido. Parece que están medio dormidos, aun cuando están ocupados haciendo cosas que les parecen importantes. Esto se debe a que persiguen cosas equivocadas. La manera en que puedes aportar un sentido a tu vida es dedicarte a amar a los demás, dedicarte a la comunidad que te rodea y dedicarte a crear algo que te proporcione un objetivo y un sentido.

• ¿Has tenido realmente alguna vez un "verdadero profesor"? ¿Qué es lo que esta persona ha aportado a tu vida? Si tuvieses ocasión de decirle algo, ¿qué te gustaría decirle?
• ¿Te has sentido acompañado o acompañada a lo largo de este curso? ¿Crees que tus profesores tienen verdadera vocación por su trabajo?